Por Laura Milena Lopez.

A lo largo de los años hemos notado que vivir del arte y/o la cultura no es fácil pero nunca ha significado que sea algo imposible de lograr; hoy les hablaré de las trayectorias vividas y por vivir del género musical denominado “Rap” quizá denominada “la música del barrio”.

Esta historia se remonta en nuestro país desde los años 80, para ese entonces por parte de Estados Unidos llegaban películas con sonidos muy llamativos para algunos jóvenes pero en el país no se atrevían a probar aquellos sonidos y bailes (más conocido como “Break Dance”) que veían en esas increíbles muestras cinematográficas hasta que aparecieron “La Etnnia”, “Gotas de Rap” y “Estilo Bajo” algunos de los grupos pioneros del género, ambos de zonas marginadas, esto les sirvió como impulso para escribir aquellas letras sobre el narcotráfico, las guerras, la pobreza, que llegaban a los corazones de muchas personas en igualdad de condiciones o vivencias . Se veía como un símbolo de libertad juvenil y como instrumento para denunciar la verdad de vivir allí, este movimiento ayudó a que escucharlos fuera sinónimo de voz para aquellas zonas y a que muchos jóvenes cambiaran el robo y las drogas por papel, lápiz, instrumentos y bailes; con el pasar del tiempo cada persona que se introdujo al género se acercó más a la literatura, la filosofía, el derecho, la producción, entre otros.

Hoy en día, esas personas que veíamos en la calle o en los medios de transporte están trabajando y facturando haciendo lo que más aman, creando rimas acorde a la situación que esté atravesando el país o ellos, encuentran en cada letra, cada ritmo, cada punto un desahogo y satisfacción y descubren en cada micrófono un paso más para lograr sus metas, sueños y más grandes anhelos. Sigan creciendo como lo ha hecho el género porque a pesar de que el camino sea arduo, en un futuro van a poder agradecer por todo lo que se tenga y va a valer cada lágrima y horas sin dormir.